Nací en una pequeña ciudad del norte de Extremadura en el invierno de 1992, la verdad es que desde ahí hasta que empecé el instituto no hay mucho que destacar de mi vida, una vida como la de otro niño cualquiera. Pasé mi infancia y adolescencia entre mi ciudad, y el pueblo de mis abuelos, al cual siempre he ido fines de semana y donde suelo pasar las vacaciones de verano y semana santa. He de decir que los mejores amigos que tengo son de allí o pasan allí las vacaciones como hago yo.
La etapa en el instituto se me hizo más larga de lo que debía haber sido, concretamente dos años más larga porque repetí curso. Siempre culparé de eso a la matemáticas y a lo vago que soy, ser vago es una de mis mayores virtudes características. Cuando empecé bachillerato me dí cuenta de que debía estudiar más, y aunque seguí estudiando el día antes del examen me lo tomaba más en serio, y así, entre ir a clase para prácticamente pasarme todo el tiempo hablando con los compañeros, hacer deberes deprisa y alguna que otra bronca llegué a selectividad. Los diez días anteriores a selectividad han sido los que más he estudiado en mi vida...
Ni siquiera cuando me dieron la nota de selectividad tenía decidido que quería hacer. Finalmente me metí a publicidad y aquí estoy, pero la verdad que después del tiempo que llevo no tengo ni idea de lo que quiero hacer con mi vida ahora ni de si esto es realmente lo que quiero, las cosas nunca son como las esperas.
En cuanto a mi vida, haciendo un resumen rápido, se puede decir que me la he pasado esperando que llegue el fin de semana. En lo relativo al futuro se que quiero viajar, seguir aprendiendo idiomas, conociendo gente y sobre todo haciendo lo que me da la gana y lo que me haga sentirme bien, porque no hay nada más favorable que hacer lo que tú quieres. ¿Qué voy a hacer? Pues no se sabe, y como se suele decir: si quieres que algo te salga bien no se lo cuentes a nadie.
